¿A QUÉ JUEGAN CON EL PAÍS?

De la Zarzuela, pabellón de huéspedes, al Palacio Marivent, y, tan pronto acabe la declaración ante el juez, vuelta a la Zarzuela. ¿Por qué o para qué hacer alto en Madrid, dada la tensión que en la familia existe? ¿Es así como se inhibe el rey de defender lo más mínimo a su yerno? Se ha dicho que sólo contactaron con la reina y la infanta Elena, pero aunque así haya sido se debió evitar, puesto que no deja de dar que pensar y viene a indicar un cambio de conducta a lo largo de estos casi tres meses. Y, después de permitirles que estén a su lado físicamente, lo sorprendente a la rectificación que ha hecho el decano del Partido Judicial de Palma, aferrado a no hacer distingos, y tener que acceder a que Urdangarín llegara en coche hasta la puerta del Juzgado. Ello cayó como una bomba y, temiendo secuelas, incremento de la ya grande aversión, echaron marcha atrás los defensores del citado individuo de la Familia Real, empezando por él mismo, y recorrió a pie el trozo que había de recorrer como cualquier otro citado. Ya se empezaba a expresar quejas por doquier, tal como la del portavoz de Ucar, Miguel Mascaró, manifestando que estas personas gozan de un “trato preferente desde hace más de 30 años”. “Espero que la justicia sea justicia y que no tenga nada que ver con entrar a pie o en coche en los Juzgados”.

En lo que podemos confiar –a lo santo Tomás, ver para creer- es en la batida judicial que le están dando; ya la esperábamos pues incluso ABC comunicó que “según han desvelado fuentes judiciales, la práctica totalidad de las partes personadas en la denominada pieza 25 tiene intención de hacer uso de su derecho a interrogar al imputado “estrella” del caso Nóos, por lo que el duque podría enfrentarse a cerca de una decena de baterías de preguntas diferentes”. Había de ser así, es el imputado “estrella”, aunque el “inocente” suegro del rey se ha esforzado en pasar este puesto a Diego Torres.

Con todo lo tendenciosa que es Pilar Urbano a los reyes y al príncipe, ha confesado en una entrevista que para ellos es una “catástrofe estar en la picota”. Y que “la Casa Real debe quedar inmaculada”. Imposible, esta mancha ya le queda para siempre. Expone que la infanta Cristina es “una mujer inteligente e independiente”, que ante la subida de standing de la familia no estaba ciega, sorda ni muda; otra cosa es que supiera que había dolo”. Que se daba el fraude es cosa que no podía ignorar [lo calló, aunque no sea muda], ella era secretaria del consejo de administración de la empresa, razón por la que no se explica que no haya sido imputada, ya que en un escándalo económico al primero que se imputa es al que ostenta dicho cargo. Yo no sé cómo puede pensar que la Casa Real pueda llegar a quedar sin mancha, no hay quitamanchas que se pueda aplicar con efectividad al deshonor incurrido, esto, es per secula seculorum, pasará a los anales de la monarquía de Juan Carlos I. Hasta aquí se ha evitado la infanta Cristina –cuestión de la política que ha frenado la acción judicial- de ser incluida en el proceso; ahora bien, este hecho, el sí o el no, va a decidirse en muy corto plazo. Ya dije, y ello se viene comentando en estas horas cruciales, que es mejor que se la impute, que, en definitiva, se haga justicia con los dos. A ambos, insisto, les cegó la ambición. Si ella quiso vivir como una multimillonaria, que se hubiera casado con un multimillonario. En esto están de acuerdo todos los autores, quiero decir que en la prensa y en la calle está harto comentado. Y para mí es ritornello.

La presunción de inocencia es algo de que se habla a veces ridículamente. La Constitución, tratando de “protección social de los derechos”, dice en su artículo 24, punto 2, que todos tenemos derecho a la presunción de inocencia, pero tanto como todos… Presunción de inocencia, en el campo del Derecho, conforme definición del DAE, es “la que se aplica a toda persona, aun acusada en un proceso penal, mientras no se produzca sentencia firme condenatoria”. Ante el cúmulo de pruebas de trinque que gravitan sobre el matrimonio Urdangarín-Borbón, y él se lleva la mayor parte, sería peripatético, y no por seguir la filosofía de Aristóteles, concederle/s la presunción de inocencia cuando tan a la vista está cómo es o lo que es. Que no se cobije o le cobijen en tal cosa.

Por ello es para desternillarse de risa su desfachatez de preparar –o le prepararon- las siguientes líneas a emitir de memoria ante la prensa, previa la entrada al Juzgado: Comparezco hoy para demostrar mi inocencia, mi honor, mi actividad profesional durante estos años. He ejercido mis responsabilidades y he tomado decisiones de manera correcta y con total trasparencia. Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos y estoy convencido que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo. Muchas gracias. Ni siquiera teme lo que puede ocurrirle, y es que se haga justicia y quede pésimamente.
Urdangarín está echando pelotas fuera –antes las encestaba-, se desvincula de todo; si la infanta Cristina no se da por enterada de nada del enriquecimiento familiar, él sigue una línea similar. ¡Vaya… “buen presidente” de Nóos! Con echar la culpa a su ex socio, Diego Torres, pretende zafarse. Entonces, el honrado e inocente Urdangarín que entregue, en liquidez o en especie, la pecunia correspondiente a su enriquecimiento ilegal. Su mujer el 50% de Aizoon y cuanta copropiedad tenga con él. Culpa también -¡qué manera tan sutil de descargarse responsabilidades!- a sus empleados, en particular a Marco Antonio Tejeiro. En cuanto a la organización de los Forum illes Balears de 2005 y 2006 es cuestión de la que no sabe nada, nunca se ocupó de la faceta económica, por lo que de existir alguna irregularidad es responsabilidad de Tejeiro como administrador de Nóos. También ignora la contratación de empleados falsos en dicho instituto. De los cuatrocientos mil euros, cuando ya había abandonado Nóos, sólo acepta su mediación entre Matas y José Luís Ballester, “Pepote”. E igualmente desconoce que hubiera una trama de empresas para desviar fondos a paraísos fiscales, verdadera ingeniería fiscal, alegando que en todo caso sería cosa de Diego Torres; en fin, todo a tan honrada persona le ha pillado de sorpresa.

Su actitud de “no sé”; “no lo recuerdo”; “no me consta”; “eso pregúnteselo al administrador”…, constantes evasivas, estrategia escapatoria, ha llevado a decir al juez, recriminándole su actitud: “Para decir esto es mejor que no hubiera venido”, así como a manifestarle que por lo que tienen sus respuestas de poco o nada convincentes, tendrá que citarle a declarar de nuevo próximamente. Dar una explicación “razonada y razonable” de sus hechos sería declarase convicto y confeso; confesar los presuntos delitos en que está envuelto no lo ha efectuado en esta ocasión ni lo va a hacer en otra alguna de buen grado, habrá que sacárselo con medidas duras, tal como el careo con el ex socio, algo ya indicado por el instructor. De momento lo que Urdangarín el Bueno –según su suegra- quiere dar a entender es que no ha lugar para las acusaciones que se formulan contra él, constituye locura, ver gigantes donde sólo hay molinos de viento, porque él es, como Don Quijote, una persona de rectitud moral.

Escribiendo este artículo simultáneamente a esta declaración –realmente surrealista, absurda, sin sentido- he de esperar al final para saber si Manos Limpias consigue sea aceptada su petición de que se le imponga una multa de cinco millones de euros y la retirada del pasaporte, ello según explicó a Servimedia, pero algo rectificado posteriormente, pues en telecinco ya se dice una fianza de tres millones y retirada del pasaporte, cuyo desánimo tal vez es generado ante el aparente éxito del encausado frente al juez instructor del caso Palma Arena y la Fiscalía. Si para ello ha de celebrarse una vistilla, claro está que acabará la declaración de madrugada. Con los fiscales continúa con “no recuerdo”, etcétera de sus subterfugios. Termina la declaración a las 1:37 del lunes, y ya no hay vistilla. Hay que dar un tiempo más a la lectura y firma de la declaración. Pasadas la 16:10 h. abandonan el Juzgado Iñaki y su abogado.

Finis coronat opus, el final corona la obra, y empleo la expresión latina en mal sentido, porque en nada bueno va a acabar la conducta del yerno y la hija del rey. Ésta hasta la fecha ha sido excluida, pero es punto a estudiar y decidir durante cinco días a partir del 28 del mes actual el llamarla a declarar. Esta parte del asunto no es más que una batalla librada; la guerra continúa y ya veremos las sorpresas que trae, una de ellas puede ser la reacción de su ex socio y demás en los que ha descargado sus responsabilidades, ya no digamos el camino a seguir por el juez Castro que ha quedado harto del reo. Que, por una de esas cosas de la vida, puede salir indemne, no deja de ser probable, el rey dijo que no intervendría, que se defendiera como cualquier otra persona, y luego… Difícilmente, si no imposible, va a terminar en la cárcel, por muchos años que de sus presuntos delitos se apunta en Derecho, pero también de manera difícil va a salvarse de alguna condena.

Corroboro el contexto del Editorial de Libertad Digital, titulado Urdangarín ante la Justicia, encabeza en negritas a manera de epígrafe, y que dice: “Aunque el Duque de Palma salga indemne de este proceso, hay ya un número suficiente de hechos incontrovertibles que sitúan al hoy imputado y a su esposa muy lejos del compromiso ético que la Institución exige en sus últimas intervenciones públicas”. Se recalca en el texto. […] “… lo que resulta evidente es que D. Iñaki Urdangarín, con el inevitable conocimiento de la Infanta Cristina, utilizó su alta posición para realizar negocios privados de los que la pareja obtuvo importantes beneficios económicos”.

A poco más, y todavía no ha acabado la acción -aunque sea con otra dirección-, el problema, el “caso Urdangarín”, hace que la monarquía entre en coma, la ha hecho enfermar gravemente.

MANUEL LOPEZ PERALTA